Exhorta presidenta del Senado a continuar lucha por la igualdad de género y no bajar la guardia

La presidenta del Senado de la República, Ana Lilia Rivera Rivera, hizo un llamado a “no bajar la guardia” y “seguir luchando” por la igualdad de género pues, aunque destaca los avances legislativos logrados en esta materia, también insiste en la necesidad de seguir con los trabajos para asegurar una representación equitativa en todos los niveles y poderes de gobierno.

En entrevista, la senadora enfatizó que concebir a la paridad como un derecho constitucional para la igualdad en el ejercicio de oportunidades entre hombres y mujeres, fue una lucha histórica de muchas mexicanas, de la que se ha beneficiado y han aprovechado los frutos la actual generación de mujeres de todos los partidos políticos y de la sociedad en general.

“Las mujeres llegamos al poder en igualdad, y hoy tenemos equilibrio de representación; eso nos ha permitido, como nunca en la historia, avanzar en las modificaciones a la Constitución y leyes reglamentarias que beneficien a mujeres, niñas y adolescentes”, añadió.

Recientemente en las LXIV y LXV Legislaturas del Senado de la República, se incluyó en la redacción de la Carta Magna el principio de “paridad en todo”, precedente que, aseguró Ana Lilia Rivera, va a servir para desarrollar más productos legislativos en los próximos años.

Por ejemplo, para que más allá de las candidaturas a un cargo de elección popular, haya paridad de género en direcciones de la administración pública de los tres niveles de gobierno, pero también en la iniciativa privada, para que las mujeres puedan ser promoventes del desarrollo como gerentes de empresas, superintendentes o directoras

“La paridad en todo es uno de los grandes derechos que construimos para que podamos tener ministras de la Suprema Corte, embajadoras en la Secretaría de Relaciones Exteriores, porque antes esos lugares eran sobre todo para varones”, subrayó, además de pronunciarse por incluir también a la mujer en rangos de dirección en las Fuerzas Armadas.

La presidenta del Senado de la República insistió que todos esos avances crecerán en los próximos años, en parte porque la actual administración federal y la entrante han tenido una visión que consideró responsable, al dar oportunidad de igualdad en los gabinetes o en cargos muy relevantes.

“Estamos viviendo un momento muy importante, pero no podemos bajar la guardia; nosotras debemos seguir luchando”, defendió Ana Lilia Rivera Rivera.

Asimismo, la senadora resaltó que desde hace 27 años comparte las principales doctrinas del Presidente Andrés Manuel López Obrador como el humanismo, y la idea de que México vivía una democracia simulada; que había grupos minoritarios que controlaban a los partidos, a los gobiernos, a las estructuras institucionales y al pueblo.

Además, coincidió que sólo a través de una democracia plena, se puede detonar bienestar y desarrollo para todos. Mi segunda coincidencia con el Presidente, dijo, fue el valor de organizar a la sociedad y, más allá de los partidos, empezar a generar una nueva corriente de pensamiento que nos llevara a vivir una revolución pacífica de las conciencias.

La tercera coincidencia, abundó, “es que México tenía que ser pionero en América Latina y en el mundo en construir una forma de gobierno que se alejara del neoliberalismo y se acercara a las personas, y entonces mi tercera coincidencia y más grande con mi querido Presidente, es el humanismo mexicano”.

En este sentido, la senadora Rivera destacó el interés del Presidente para defender y conservar las semillas nativas del maíz, muestra de ello, es que impulsó un decreto  por el que no se permite la importación de maíz transgénico para consumo humano.

También resaltó que actualmente existe la ley que declara al maíz nativo patrimonio alimentario y cultural de México. Por lo tanto, ya no pueden entrar libremente los transgénicos.

“Son miles de millones de dólares detrás del control biológico de las semillas del maíz. Su enemigo es nuestro maíz nativo. Y entonces ahí nace esta lucha y esta defensa de identidad cultural, de soberanía alimentaria y de derecho a una alimentación sana, derechos fundamentales para México”, concluyó.